NiñoS!!!
Hay algo a lo que no me puedo resistir, simplemente me encantan!! Me caen muy bien, me hacen reír, son ocurrentes, preguntones, chistosos, juguetones, bonitos, tiernos, curiosos, lindos, con ideas frescas y blancas propias de un ser puro, eso es un niño pequeño, así son, son esas enanuras que deambulan por ahí conociendo el mundo, que a cada cosa nueva que ven les emociona y les causa felicidad, esas piriniolas que a veces no ves de lo pequeñas que son, los dueños de esas vocecitas extrañas que apenas comienzan a articular palabras y que tienen “abreviaturas” propias de ellos, del lenguaje que se crean, los niños pequeños son seres muy blancos, no conocen el odio, la mentira, el dolor, la maldad, no conocen nada de la vida aun, y viven tranquilamente creyendo que el mundo es perfecto y así son felices, eso es lindo esa etapa donde los niños dan sin esperar nada a cambio, que son platicadores, te hablan sin conocerte, sin temor a nada, se expresan a su forma creyendo que todo es correcto, y siempre fieles a las enseñanzas de sus tutores los cuales tienen la verdad absoluta a todas sus preguntas, un niño es pureza traída al mundo, yo soy un niñero absoluto si de algo disfruto es de una platica con un niño, escucharlo, reír de sus ideas, tratar de hacerlo aprender cosas, platicar con un pequeño es una experiencia muy divertida y enriquecedora, les contaré sobre la que tuve el día de ayer mientras me dirigía a casa.
En el camino de vuelta a casa, en el transporte publico, venía yo sentado casi hasta atrás y abordó la unidad una señora con su nene, el chico era simpático, un bb lindo, miniatura, como todos a su edad, con una carita feliz y un animo muy alegre, tomaron asiento cerca de mi de tal manera que quede como que de lado de ellos y lateralmente al nene, además de ser un chico con vitalidad, era uno de esos casos de enano preguntón, de todo preguntaba, esa característica es muy buena en un niño pequeño, mientras mas inquietos y curiosos sean mejor salud, estado de animo y desarrollo tienen, pero este parecía querer saber todo, la velocidad con la cual su pequeña cabecita generaba preguntas atrajo mi atención, eran tan diversas sus preguntas que la mamá no se daba abasto para responder, comencé a poner atención a su actitud, en un momento en el cual se le acabaron las preguntas por unos segundos, el pequeño se dispuso a cerrar una ventanilla, trataba con todas sus fuerzas y de diferentes modos, su mamá lo observaba, y lo interesante de él es que no se rendía no pedía ayuda fácilmente, continuaba tratando de todas la maneras posibles hasta que se agoto y dejo de intentarlo pero aún así no pidió ayuda, eso me intereso era perseverante y terco el pequeño y por lo que vi no gustaba de que le hicieran todo el trataba de lograr lo que quería por el y no con ayuda, yo miraba el hecho y decidí cerrar la ventana por él, la cerré y le sonreí a el y consiguientemente a la mamá para hacer notar que fue un acto de amabilidad, la señora lo entendió y le dijo a su pequeño: “dale las gracias” y rápidamente me dijo la pulga esa: “gracias”, cabe mencionar que además de despierto, osado, terco, perseverante, lindo y curioso, tenia una vocecita muy chistosa y agradable; continuaba el camino y seguía escuchando sus preguntas, preguntó del sol, del viento, de las ventanas, de por que eran tan duras, del transporte, del chofer, de cómo se llamaba, de que decían las demás personas al pagar el pasaje, de los asientos, de donde venían las moscas, de animales, de colores, un increíble despliegue de ideas en manera de fuga incontrolada, a estas preguntas, la mamá trataba de dar respuestas sencillas pero entendibles que dejaran satisfecho al pequeño y que no preguntase en secuencia o se quedara con dudas; las ocurrencias de este chico me causaban gracia al igual q a la mamá pero ambos aguantábamos debido a que no se debe de reír de lo que un pequeño diga, eso hace que se confundan, podrían llegar a pensar que no se les toma con la seriedad que ellos creen que tienen sus preguntas, algo que a nosotros nos da risa para ellos es lo mas importante del momento, en ese momento al continuar el camino, el pequeño hizo una pregunta a la cual no resistí reír un poco, dijo: “y el gigante que me ayudo con la ventana como se llama??” inevitablemente reí por lo dicho y su mamá también río por ello, en ese momento decidí entablar una conversación con el pequeño, me voltee hacia él, el al ver esto se cohibió un poco, pero su mamá le dijo: “pregúntale hijo, pregúntale como se llama” un poco tímido me pregunta mi nombre y así comenzó esta platica, le dije mi nombre, el me dijo el suyo, este enano se llama Bruno, y comenzamos a platicar, como era de esperarse no dejo pasar la oportunidad de preguntar sobre mi, me preguntó que por que llevaba bata, que por que de blanco, que por que medicina, que si me gustaba, que si no me daba miedo los muertos, que el había visto uno una vez, y muchas y muy variadas preguntas acerca de mi, fue muy gracioso ya que el hacia ver que su conversación era seria y que le importaba, perdió la timidez y se soltó a platicar bien, fue muy chido, como les dije me encanta platicar con pulguitas de estas, una parte que me causo mucha gracia fue cuando le pregunte su edad, le dije: “ y cuantos años tienes Bruno??” en ese momento me mostró 6 dedos y me dice: “tengo 4 años” me causo gracia, y su mamá le dice: “no hijo así no son 4 cuenta bien” y el pequeño apresurado me dice: “déjame contar” comenzó a contar sus dedos, y tomando uno por uno el conteo fue el siguiente: “uno, dos, cuatro, diez, tres, cinco” como verán el pequeño Bruno es todo un matemático, continuo el viaje y el momento de que bajaran llego, nos despedimos, felicite a la mamá por el gran bb que tiene, y todo el día prosiguió.
Esa clase de cosas, son las que me mueven a especializarme en pediatría, es un gran placer poder ayudar a los pequeñuelos, escucharlos y tratarlos, es mil veces mas pura la medicina de los niños, se les ayuda, no te mienten en cuanto a lo que les paso, no te van a tratar de hacer darles una receta sin requerirla, son la parte noble que tenemos en la sociedad, y por desgracia, la mas necesitada también hay tantos pequeños carentes de muchas cosas, que el solo pensarlo y saber que ahora no puedo hacer gran cosa me da coraje.
Es un gusto que tengo, soy un niñero y en estos momentos soy uno muy feliz, en la familia hay nueva bb, mi pequeña gorda de 11 meses la cual es la nena más preciosa del mundo, no es por que sea de mi familia ni nada, solo viéndola lo notarían, es perfecta y ya después escribiré mas sobre las cosas que pasan con mi gorda, Se vienen años felices pal niñero que llevo dentro.
En el camino de vuelta a casa, en el transporte publico, venía yo sentado casi hasta atrás y abordó la unidad una señora con su nene, el chico era simpático, un bb lindo, miniatura, como todos a su edad, con una carita feliz y un animo muy alegre, tomaron asiento cerca de mi de tal manera que quede como que de lado de ellos y lateralmente al nene, además de ser un chico con vitalidad, era uno de esos casos de enano preguntón, de todo preguntaba, esa característica es muy buena en un niño pequeño, mientras mas inquietos y curiosos sean mejor salud, estado de animo y desarrollo tienen, pero este parecía querer saber todo, la velocidad con la cual su pequeña cabecita generaba preguntas atrajo mi atención, eran tan diversas sus preguntas que la mamá no se daba abasto para responder, comencé a poner atención a su actitud, en un momento en el cual se le acabaron las preguntas por unos segundos, el pequeño se dispuso a cerrar una ventanilla, trataba con todas sus fuerzas y de diferentes modos, su mamá lo observaba, y lo interesante de él es que no se rendía no pedía ayuda fácilmente, continuaba tratando de todas la maneras posibles hasta que se agoto y dejo de intentarlo pero aún así no pidió ayuda, eso me intereso era perseverante y terco el pequeño y por lo que vi no gustaba de que le hicieran todo el trataba de lograr lo que quería por el y no con ayuda, yo miraba el hecho y decidí cerrar la ventana por él, la cerré y le sonreí a el y consiguientemente a la mamá para hacer notar que fue un acto de amabilidad, la señora lo entendió y le dijo a su pequeño: “dale las gracias” y rápidamente me dijo la pulga esa: “gracias”, cabe mencionar que además de despierto, osado, terco, perseverante, lindo y curioso, tenia una vocecita muy chistosa y agradable; continuaba el camino y seguía escuchando sus preguntas, preguntó del sol, del viento, de las ventanas, de por que eran tan duras, del transporte, del chofer, de cómo se llamaba, de que decían las demás personas al pagar el pasaje, de los asientos, de donde venían las moscas, de animales, de colores, un increíble despliegue de ideas en manera de fuga incontrolada, a estas preguntas, la mamá trataba de dar respuestas sencillas pero entendibles que dejaran satisfecho al pequeño y que no preguntase en secuencia o se quedara con dudas; las ocurrencias de este chico me causaban gracia al igual q a la mamá pero ambos aguantábamos debido a que no se debe de reír de lo que un pequeño diga, eso hace que se confundan, podrían llegar a pensar que no se les toma con la seriedad que ellos creen que tienen sus preguntas, algo que a nosotros nos da risa para ellos es lo mas importante del momento, en ese momento al continuar el camino, el pequeño hizo una pregunta a la cual no resistí reír un poco, dijo: “y el gigante que me ayudo con la ventana como se llama??” inevitablemente reí por lo dicho y su mamá también río por ello, en ese momento decidí entablar una conversación con el pequeño, me voltee hacia él, el al ver esto se cohibió un poco, pero su mamá le dijo: “pregúntale hijo, pregúntale como se llama” un poco tímido me pregunta mi nombre y así comenzó esta platica, le dije mi nombre, el me dijo el suyo, este enano se llama Bruno, y comenzamos a platicar, como era de esperarse no dejo pasar la oportunidad de preguntar sobre mi, me preguntó que por que llevaba bata, que por que de blanco, que por que medicina, que si me gustaba, que si no me daba miedo los muertos, que el había visto uno una vez, y muchas y muy variadas preguntas acerca de mi, fue muy gracioso ya que el hacia ver que su conversación era seria y que le importaba, perdió la timidez y se soltó a platicar bien, fue muy chido, como les dije me encanta platicar con pulguitas de estas, una parte que me causo mucha gracia fue cuando le pregunte su edad, le dije: “ y cuantos años tienes Bruno??” en ese momento me mostró 6 dedos y me dice: “tengo 4 años” me causo gracia, y su mamá le dice: “no hijo así no son 4 cuenta bien” y el pequeño apresurado me dice: “déjame contar” comenzó a contar sus dedos, y tomando uno por uno el conteo fue el siguiente: “uno, dos, cuatro, diez, tres, cinco” como verán el pequeño Bruno es todo un matemático, continuo el viaje y el momento de que bajaran llego, nos despedimos, felicite a la mamá por el gran bb que tiene, y todo el día prosiguió.
Esa clase de cosas, son las que me mueven a especializarme en pediatría, es un gran placer poder ayudar a los pequeñuelos, escucharlos y tratarlos, es mil veces mas pura la medicina de los niños, se les ayuda, no te mienten en cuanto a lo que les paso, no te van a tratar de hacer darles una receta sin requerirla, son la parte noble que tenemos en la sociedad, y por desgracia, la mas necesitada también hay tantos pequeños carentes de muchas cosas, que el solo pensarlo y saber que ahora no puedo hacer gran cosa me da coraje.
Es un gusto que tengo, soy un niñero y en estos momentos soy uno muy feliz, en la familia hay nueva bb, mi pequeña gorda de 11 meses la cual es la nena más preciosa del mundo, no es por que sea de mi familia ni nada, solo viéndola lo notarían, es perfecta y ya después escribiré mas sobre las cosas que pasan con mi gorda, Se vienen años felices pal niñero que llevo dentro.
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