AjeDreZ
El ajedrez, para muchos un juego de mesa cualquiera, para otros un estilo de vida.
Siempre me he preguntado acerca de como fue posible que una mente humana fuese capaz de producir el deporte intelectual magno ( así lo llamo yo y se que muchos de ustedes esta riendo por que lo consideran un juego de mesa ) no existe nada parecido al ajedrez hasta la fecha, no hay otro "juego" que se acerque siquiera a la complejidad que presenta el ajedrez, con un poco de fundamentos acerca del movimiento de las piezas, encontramos que la posición de inicio de las partidas de ajedrez es una conformación perfecta, la defensa impenetrable, toda y cada una de las casillas de cada área de cada uno de los jugadores se encuentra protegida contra cualquier tipo de ataque cercano o aún a cualquier ataque que se vea a futuro, el ajedrez se desarrolla en un tablero con 64 casillas intercaladas a manera que sea alterno entre dos colores, blanco y negro, cada jugador con 16 piezas: 2 torres, 2 caballos, 2 alfiles, un rey y una reina, y 8 peones. Existen dos bandos, el blanco y el negro, cada uno en igualdad de fuerza y con las mismas piezas, y como mencione al principio con una posición de inicio base, siempre es la misma, aquí es donde entramos nosotros los que manejamos el avance de las fuerzas.
El objetivo, simple, dominar y derrotar al contrario, imponer tu bando y salir victorioso de la batalla, utilizando solo tu visión, táctica y estrategia propia, previendo todo aquello en el que sea favorable y desfavorable dentro del juego, aquí es donde todo depende de nuestras mentes, la complejidad del ajedrez radica que de inicio se tienen un total de 20 posibles jugadas, solo de inicio, y un igual numero de respuestas del contrario, al segundo movimiento dependiendo de cual haya sido nuestra primera elección las jugadas pueden variar de 20 a 30, y con igual numero de respuestas del contrario, ahora conforme se va desarrollando el juego las opciones aumentan o disminuyen, y se comienza a dar la batalla, una batalla donde algunas veces la tensión es tal que nos hace olvidarnos del entorno y solo pensar en el tablero y la forma en la cual el rey contrario terminará en un movimiento sublime al canto de Jaque Mate, es ahí donde yo encuentro lo hermoso del ajedrez ningún juego puede repetirse, siempre cambia en algo, en algún movimiento, es casi imposible, si no es apropósito, repetir de inicio a fin un juego de ajedrez, cada uno de nosotros variamos las opciones teniendo que las posibilidades son exponenciales, el solo hecho de multiplicar las piezas por la cantidad de movimientos posibles da un total de 242 variables y cada una de ellas se modifica según la respuesta, y a cada movimiento esta cantidad de vuelve a multiplicar por las posibles respuestas y así hasta obtener números exponenciados incluso a 10 a la octava potencia y todas esas posibilidades son creadas por nuestro cerebro, debido a ello ha habido varios intentos para crear una maquina capaz de lograr ser absoluta en el ajedrez, no se ha conseguido aún y dudo que se logre en poco tiempo ya que el lograrlo propondría que por fin se pudo emular al 100% la mente humana y eso sinceramente es algo que aún la tecnología de punta no sueña siquiera con el intento, la maquina que más pudo darle dolores de cabeza al amo y maestro supremo del ajedrez Garry Kasparov fue DeepBlue la supercomputadora de la IBM la cual podía calcular 100 millones de posiciones por segundo, ese enfrentamiento entre la mente humana y una maquina termino con un Garry triunfante después de derrotar en la 6ta y última partida de ese memorable enfrentamiento con un marcador final de 4-2 a favor de Kasparov.
Es donde observamos el avance de la razón y de lo que es capaz nuestra mente si nos proponemos lograrlo. He ahí el por que me fascina el ajedrez, es una contienda llena de variantes imprevistas y con abruptos giros cual la vida misma, Nosotros atrás de un tablero moviendo piezas en contra de un adversario oscuro al cual le llamamos futuro, que a cada movimiento nuestro responde con algo mejor o peor, dependiendo de la calidad de lo que juguemos, y muchos juegos los perdemos irremediablemente debido a nuestros errores, el ajedrez tiene como arma principal que aprovechemos los errores del contrario y los firmemos con magistrales respuestas que no dejen reponerse del error al adversario, así se juega el ajedrez con astucia, rapidez, agudeza, perseverancia, inteligencia, coraje, con la razón, pensando..., siendo certeros, aprovechando cada oportunidad que el futuro nos ofrezca, se le puede llamar destino a nuestro juego contra el mañana, de ello dependerá lo que suceda después, y como no hay vuelta atrás de cada una de nuestras desiciones es la manera en que nosotros manejamos nuestro propio destino, como verán es como jugar a vivir, todo tiene consecuencias y todo lo planeamos a conveniencia, ganamos partidas y aparecen adversarios más fuertes, que son nuestras metas por cumplir, y que nos enrredan en un medio juego tenso, doliente a veces, donde la tensión no cesa de ninguna de las dos partes de la tuya por lo aguerrido y el deseo de lograrlo y el natural futuro con las trabas propias de la vida, así es esto, un juego de vida... el mió sobre un tablero de 64 casillas debatiéndome en contra del peor ataque, de las peores situaciones, y aún así saliendo adelante de ello, devastando a caballeros sombríos con la habilidad de Spassky, Anand, Fisher, Karpov, Alekhine, Lasker, teniendo descalabros en el proceso pero a pesar de ello levantándome y continuando hasta lograr tener el lugar que busco, hasta derrotar a mi futuro y alcanzarlo, hasta derrotar mis metas, tenerlas en la mano y decir: "yo derrote hasta el último de mis deseos y los conseguí todos". Así disfruto el ajedrez en mi vida, y lo transloco a lo que vivo, una batalla sin tregua, una confrontación difícil, pero nunca imposible, no hay nada imposible en mi vida.
"Es un hábito, no una estrategia. Es como mi vida o mi carácter. Y además me divierte por sobre todas las cosas". Así vivo, y cada vez que tengo el placer de poder decir con toda calma, seguridad y orgullo: "Jaque Mate" se que algo por lo que soñé, luché y quiero, por fin lo alcance... y es absolutamente mió.
Siempre me he preguntado acerca de como fue posible que una mente humana fuese capaz de producir el deporte intelectual magno ( así lo llamo yo y se que muchos de ustedes esta riendo por que lo consideran un juego de mesa ) no existe nada parecido al ajedrez hasta la fecha, no hay otro "juego" que se acerque siquiera a la complejidad que presenta el ajedrez, con un poco de fundamentos acerca del movimiento de las piezas, encontramos que la posición de inicio de las partidas de ajedrez es una conformación perfecta, la defensa impenetrable, toda y cada una de las casillas de cada área de cada uno de los jugadores se encuentra protegida contra cualquier tipo de ataque cercano o aún a cualquier ataque que se vea a futuro, el ajedrez se desarrolla en un tablero con 64 casillas intercaladas a manera que sea alterno entre dos colores, blanco y negro, cada jugador con 16 piezas: 2 torres, 2 caballos, 2 alfiles, un rey y una reina, y 8 peones. Existen dos bandos, el blanco y el negro, cada uno en igualdad de fuerza y con las mismas piezas, y como mencione al principio con una posición de inicio base, siempre es la misma, aquí es donde entramos nosotros los que manejamos el avance de las fuerzas.
El objetivo, simple, dominar y derrotar al contrario, imponer tu bando y salir victorioso de la batalla, utilizando solo tu visión, táctica y estrategia propia, previendo todo aquello en el que sea favorable y desfavorable dentro del juego, aquí es donde todo depende de nuestras mentes, la complejidad del ajedrez radica que de inicio se tienen un total de 20 posibles jugadas, solo de inicio, y un igual numero de respuestas del contrario, al segundo movimiento dependiendo de cual haya sido nuestra primera elección las jugadas pueden variar de 20 a 30, y con igual numero de respuestas del contrario, ahora conforme se va desarrollando el juego las opciones aumentan o disminuyen, y se comienza a dar la batalla, una batalla donde algunas veces la tensión es tal que nos hace olvidarnos del entorno y solo pensar en el tablero y la forma en la cual el rey contrario terminará en un movimiento sublime al canto de Jaque Mate, es ahí donde yo encuentro lo hermoso del ajedrez ningún juego puede repetirse, siempre cambia en algo, en algún movimiento, es casi imposible, si no es apropósito, repetir de inicio a fin un juego de ajedrez, cada uno de nosotros variamos las opciones teniendo que las posibilidades son exponenciales, el solo hecho de multiplicar las piezas por la cantidad de movimientos posibles da un total de 242 variables y cada una de ellas se modifica según la respuesta, y a cada movimiento esta cantidad de vuelve a multiplicar por las posibles respuestas y así hasta obtener números exponenciados incluso a 10 a la octava potencia y todas esas posibilidades son creadas por nuestro cerebro, debido a ello ha habido varios intentos para crear una maquina capaz de lograr ser absoluta en el ajedrez, no se ha conseguido aún y dudo que se logre en poco tiempo ya que el lograrlo propondría que por fin se pudo emular al 100% la mente humana y eso sinceramente es algo que aún la tecnología de punta no sueña siquiera con el intento, la maquina que más pudo darle dolores de cabeza al amo y maestro supremo del ajedrez Garry Kasparov fue DeepBlue la supercomputadora de la IBM la cual podía calcular 100 millones de posiciones por segundo, ese enfrentamiento entre la mente humana y una maquina termino con un Garry triunfante después de derrotar en la 6ta y última partida de ese memorable enfrentamiento con un marcador final de 4-2 a favor de Kasparov.
Es donde observamos el avance de la razón y de lo que es capaz nuestra mente si nos proponemos lograrlo. He ahí el por que me fascina el ajedrez, es una contienda llena de variantes imprevistas y con abruptos giros cual la vida misma, Nosotros atrás de un tablero moviendo piezas en contra de un adversario oscuro al cual le llamamos futuro, que a cada movimiento nuestro responde con algo mejor o peor, dependiendo de la calidad de lo que juguemos, y muchos juegos los perdemos irremediablemente debido a nuestros errores, el ajedrez tiene como arma principal que aprovechemos los errores del contrario y los firmemos con magistrales respuestas que no dejen reponerse del error al adversario, así se juega el ajedrez con astucia, rapidez, agudeza, perseverancia, inteligencia, coraje, con la razón, pensando..., siendo certeros, aprovechando cada oportunidad que el futuro nos ofrezca, se le puede llamar destino a nuestro juego contra el mañana, de ello dependerá lo que suceda después, y como no hay vuelta atrás de cada una de nuestras desiciones es la manera en que nosotros manejamos nuestro propio destino, como verán es como jugar a vivir, todo tiene consecuencias y todo lo planeamos a conveniencia, ganamos partidas y aparecen adversarios más fuertes, que son nuestras metas por cumplir, y que nos enrredan en un medio juego tenso, doliente a veces, donde la tensión no cesa de ninguna de las dos partes de la tuya por lo aguerrido y el deseo de lograrlo y el natural futuro con las trabas propias de la vida, así es esto, un juego de vida... el mió sobre un tablero de 64 casillas debatiéndome en contra del peor ataque, de las peores situaciones, y aún así saliendo adelante de ello, devastando a caballeros sombríos con la habilidad de Spassky, Anand, Fisher, Karpov, Alekhine, Lasker, teniendo descalabros en el proceso pero a pesar de ello levantándome y continuando hasta lograr tener el lugar que busco, hasta derrotar a mi futuro y alcanzarlo, hasta derrotar mis metas, tenerlas en la mano y decir: "yo derrote hasta el último de mis deseos y los conseguí todos". Así disfruto el ajedrez en mi vida, y lo transloco a lo que vivo, una batalla sin tregua, una confrontación difícil, pero nunca imposible, no hay nada imposible en mi vida.
"Es un hábito, no una estrategia. Es como mi vida o mi carácter. Y además me divierte por sobre todas las cosas". Así vivo, y cada vez que tengo el placer de poder decir con toda calma, seguridad y orgullo: "Jaque Mate" se que algo por lo que soñé, luché y quiero, por fin lo alcance... y es absolutamente mió.
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