lunes, abril 18, 2005

La Historia De un Amor

Años Maravillosos

El día que se lo dije teníamos planeando ir a dar un paseo, solo caminar, es una de las actividades que más disfrutábamos, largas caminatas, ese día recuerdo bien que amaneció un poco nublado, eran vísperas de verano, acordamos de vernos terminando nuestras actividades, y la tarde arribó al fin, el día continuaba nublado, con un clima muy aceptable, el calor en el ambiente era agradable, estaba templado pero no había sol, entonces nos dispusimos a emprender marcha hacia el lugar acordado, el cual era un parque pequeño que ambos conocíamos, el lugar era demasiado apacible y agradable, camino al lugar todo fue mejor de lo acostumbrado, la atmósfera que nos rodeaba era genial; por alguna razón, siempre parecía que ella intuía lo que yo trataba de hacer, y siempre complementaba mis ideas con maneras increíbles de actuar, era como si ella siempre supiese lo que yo pensaba e incluso así lo hacia más mágico aun, el camino fue muy agradable y por fin llegamos, comenzamos como siempre a platicar de diversas cosas tal vez sin sentido o sin un fin en especial, solo platicar y pasarla muy bien, bromeábamos, discutíamos en juego, contábamos cosas que nos ocurrían, infinidad de temas, mientras tanto continuábamos caminando, y de pronto salió a tema las relaciones de pareja, que evento tan inesperado aquel; ya que empezamos a hablar de cómo éramos en ese aspecto y yo ese día tenia pensado pedirle que estuviese conmigo, me puse nervioso y actué torpemente, mis nervios no me dejaban pensar coherentemente, le dije que tenia algo importante que decirle, su cara se iluminó en ese instante y con su acostumbrada manera de sonreír me pregunto graciosamente que que era aquello que le quería decir, del clima no nos habíamos percatado, y para mi mala y buena fortuna comenzó a llover inesperadamente, y realmente comenzó a llover, estruendosamente, como si el cielo gritase que no dijese nada, como si me tratase de proteger de tanta felicidad y amargura, en ese momento yo no escuchaba eso, solo continué con mis planes, y ella al ver la lluvia corrió hacia el claro mas cercano, a disfrutar de ella, yo la seguí y sin pensar mis actos, bajo ese escenario donde ambos mojándonos nos encontrábamos, la tome de frente, la vi directamente a los ojos, el como la lluvia escurría por su, para mi, perfecta figura, me sonrió como sabiendo mis intensiones, y no me pude contener más... la bese, la bese de la manera mas apasionada que jamás lo había yo hecho, la tome en mis brazos y la abrace fuertemente mientras mi boca degustaba el mas dulce sabor de la vida, ambos nos fundimos en ese beso que nos marco para siempre, lentamente abrimos los ojos para vernos, y sin que yo dijese nada ella respondió: “si”; con eso me volví el hombre más feliz sobre la tierra. Ese momento que ahora estoy recordando junto a mi ventana, ese día donde ambos juntamos nuestros caminos, ese día que marco el inicio de todo lo que pasaría después... ese día.
Después de ese día continuaron los años más maravillosos de toda mi vida, maldita situación, ya que me hizo dependiente de ella, a tal grado de amarla, la ame por mucho tiempo, creyendo que sería mi vida eterna el amarla y el estar con ella, pasaron en un abrir y cerrar de ojos casi 5 años, 5 años en los cuales yo viví de ella, 5 años los cuales, tuvieron altibajos y pesares que se superaron en mayoría, pero había algo en nosotros que ella ya no quería y ocurrió que en un arranque de ira ella me destrozo el alma, estuvo con otro... y no me lo dijo, estupídamente yo continué con ella creyendo ser su vida mientras ella era feliz con otra persona, y así me mantuvo hasta que una noche, la noche que cumplíamos 5 años juntos, le quise dar una sorpresa y la fui a visitar a su apartamento sin avisarle, al llegar desde fuera vi hacia su ventana y dos siluetas observe, no tenia yo idea de lo que allá ocurría, subí y toque, desde fuera se escuchaban risas, y nadie atendía a mi llamado, yo tenía una llave, solo que jamás me gustaba usarla, no se me hacia correcto, pero esa noche mis ansias por ver su sorpresa al verme en nuestro aniversario, después de que le dije que por cuestiones de trabajo me era imposible verla, me obligaron a entrar y sorprenderla, el sorprendido fui yo al entrar y obsérvala con otro de la manera mas natural y despreocupada que jamás imagine, al verlos inmediatamente supe todo lo ocurrido esa noche, velas, luz tenue, todo lo que una noche de amantes podría pedir, el frío me invadió totalmente, mis cabeza no concebía tal situación, creía que de un sueño se trataba, una pesadilla de la cual quería despertar inmediatamente, mi ser estaba hecho pedazos, mis pensamientos, mi corazón, mis ilusiones, mis sueños, yacían en un profundo vacío, no podía ser mas lastimado pensé, pero no, ella se encargo de mandarme al séptimo infierno, sus palabras fueron claras: “lo siento, no te lo dije por que no quería lastimarte, llevo tiempo con él, él ahora me hace feliz, por favor perdóname, no fue mi intención lastimarte, realmente lo siento, pero creo que todo es mejor así, adiós”
Después de esa noche, jamás fui el mismo, mi vida se volvió gris, mi alma estaba ausente de mi, mi corazón frío estaba, y nunca pude ver como antes las cosas; en ese momento creí que todo había sido mi culpa, que todo fue por que no supe darle la atención que ella merecía, que no fui lo suficientemente cuidadoso con ella; y ahora, después de dos años, aun creo que es así, no he podido superar el hecho de que lo perdí todo, me han dicho que yo jamás la descuide, que siempre fui quien buscaba y proponía en esa relación, no lo creo así, de haber sido eso, aun estaría con ella, y no es así, hace dos días me entere de que se casa con ese hombre, a regresado a casarse aquí, van dos días que no he probado bocado, dos días en los cuales no he dormido, dos días que he llorado recordando todo, dos días volviendo a morir, y a sufrir por todos mis recuerdos, los cuales trate de enterrar en lo mas profundo de mi ser, y en dos días mis esfuerzos de dos años se han venido abajo, ella se casa mañana, y solo mando la invitación con mi mejor amigo, espera mi presencia para desearle buena suerte ya que me considera una parte importante de su vida, maldita sea esa vida entonces, maldita sea mi vida, maldito el momento en el que la conocí, malditos mis años con ella, maldito sea todo aquello que ame.
Me dispongo a cerrar la ventana, ya no puedo llorar más, trataré de dormir un poco y si es posible morir con ello... no quiero amanecer sabiendo que la perderé, pero no quiero terminar mi vida con este vacío tan grande, mañana será otro día...